Una madre y una obstetra valientemente comparten su desgarradora experiencia con un aborto de 20 semanas y cómo decidieron terminar su embarazo.
«El ambiente en la habitación cambió. Cambió de, «No puedo ver…» a, «debería ver…». Él estaba usando palabras como primordial y estenosis – palabras que conozco, pero en realidad no estaba escuchando. En algún momento, él se me acercó, tomo mi mano, y dijo, «no es nada que hayas hecho», y no fue sino hasta ese momento que supe que algo estaba muy mal. Creo que él pensó que como soy una obstetra yo sabía exactamente lo que debería estar viendo. Pero yo no hago estas complejas vistas de corazón, y para ser honesta, no estoy segura de haberlo podido entender por mi cuenta.
El médico de alto riesgo entró. También lo conocíamos personalmente. Él y el ecógrafo seguían escaneando y hablando sobre lo que vieron. Aún estaba demasiado pronto, el corazón era muy pequeño, no pudieron decir exactamente cuál era el problema. Nos fuimos sabiendo que «algo estaba pasando» con el corazón, pero nada más.
Nos ofrecieron una amniocentesis mientras estuvimos allí, pero yo estaba asustada. No pensé que los resultados fueran útiles. Ya había tenido un test de prueba negativo. A la semana 20, en nuestro estado hablaron sobre la terminación del embarazo con una fecha limite de 6 días, pero no le presté mucha atención. Los resultados de la amniocentesis no hicieron ninguna diferencia en este punto. Había un defecto en el corazón, y eso era aterrador, pero lidiaríamos con eso».
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